En pleno verano es común coger el coche con la familia y hacer una escapada de algunos días a algunas islas de nuestro archipiélago, muchas veces ni siquiera nos molestamos en revisar lo básico, y por consiguiente luego nos encontramos con las sorpresas en la carretera, teniendo tirar de grúa y con las vacaciones chafadas.
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Hemos recogido algunas recomendaciones para no tener ningún susto con tu coche has de revisar los siguientes puntos para tener un mantenimiento de tu coche óptimo y poder disfrutar al 100% de tus vacaciones.

Revisa tu coche antes de empezar a disfrutar de las vacaciones

Es necesario un buen mantenimiento de los elementos del vehículo, especialmente de los neumáticos, ya que son los protagonistas de un 60% de los accidentes imputables a un fallo mecánico.
Además, para revisar tu coche, es muy importante realizar una revisión previa de los elementos de seguridad pasiva, como son los cinturones de seguridad, apoyacabezas, sillas para niños, ESP, etc., ya que, aunque pasan desapercibidos por los conductores y ocupantes, su estado juega un papel fundamental en la conducción.

¿Qué revisar en tu coche?

  • Comprobar el nivel de aceite con el motor frío y en terreno llano y horizontal. Si está por debajo del mínimo, no se debe comenzar el viaje, sino añadir aceite y acudir a un taller para localizar la causa de la pérdida. Además, es conveniente sustituir periódicamente el aceite según indique el fabricante:
    • Mineral: 5.000 – 7.500 km.
    • Semisintético: 8.000 – 12.000 km.
    • Sintético: 20.000 – 30.000 km.
  • El nivel de líquido refrigerante debe estar entre el mínimo y el máximo. Si es necesario reponerlo, el vehículo debe estar completamente frío y bajo ningún concepto se debe añadir agua del grifo. Siempre líquido refrigerante, que habrá que sustituir cada 2 ó 3 años.
  • Hay que comprobar que funcionan todos los dispositivos de alumbrado. Revisar las luces de cruce, que deben estar lo más altas posible, pero sin deslumbrar al resto de los usuarios. Conviene recordar que, de noche, se debe circular a una velocidad que permita detenerse dentro de la zona iluminada. Existen lámparas halógenas que mejoran la visibilidad respecto a las estándar.
  • Si fuera posible, no hay que abrir el depósito del líquido de frenos para comprobar el nivel. Cada vez que se hace, el líquido absorbe humedad y pierde cualidades. Si se advierte que el nivel está por debajo del mínimo, no se debe circular, sino llamar a una grúa y acudir a un taller. El líquido de frenos debe sustituirse cada 2 ó 3 años.
  • Si el filtro de aire está sucio no permite una aspiración correcta del aire de la calle y produce una combustión incompleta o deficiente. Esto se traduce en: menos potencia, más humo negro, más contaminación y problemas con el catalizador, válvula EGR, etc. Conviene sustituirlo cada 10.000-12.000 km, salvo que se circule por ciudades con mucha polución o caminos de tierra, en cuyo caso es preferible hacerlo antes.
  • Revisar la presión del aire cada 15-30 días, y con los neumáticos fríos. Un neumático bajo de presión incrementa su temperatura y puede llegar a reventar. Hay que comprobar también que se tienen 1,6 mm de profundidad mínima en los surcos de la banda de rodadura. De lo contrario, el agarre será más débil y el aquaplaning aparecerá antes.
Aunque tu mismo puedes realizar estas comprobaciones, puedes realizar el checking de tu coche en un taller de confianza, además de verificar los puntos comentados pueden revisar y comprobar el estado del motor y sistema eléctrico para que no te den problemas.
Revisando estos puntos probablemente tu coche no te de la lata y no te arruine las vacaciones, sin embargo te recomendamos que extremes la atención en la carretera y que prestes toda tu atención.